EL PODER DE LAS CREENCIAS
Nuestra mente está amueblada en gran parte de creencias, creencias que necesitamos cuestionar porque ya no son ciertas, o hay que ampliarlas, o las usamos equivocadamente… porque ua no funcionan y nos impiden comprendernos, comprender a los demás, comprender lo que nos está pasando… Necesitamos abrir la puerta mental y poner orden, añadir nuevas ideas, experimentar y pasar a la acción para recolocar el espacio mental de manera más personal y actualizada. Pasar a la acción, explorar cambios, nuevos desafíos, la autoestima, Todo de forma científica creando hipótesis e investigando para conocer el resultado que la confirme o la deseche.
Tengamos el coraje de salir de nuestra zona de confort, así mal llamada, porque es la zona conocida cargada con dolores, tristezas, infelicidades, desamores, que hemos aprendido a esquivar o envolver para que sigamos estimando la zona confortable. Salir significa progresar, evolucionar, aprender, aumentar nuestro conocimiento sobre nosotros y sobre la vida. Da miedo, sí.¿Por qué? porque no conocemos lo que puede haber, es dar pasos adelante por un terreno incierto, pero podemos apoyarnos en profesionales que nos acompañen y nos ayuden a hacerlo más fácil y enfrentar el miedo. Vale la pena desvelar los misterios que nos enriquecerán con mayor seguridad, información importante que nos motivaran para seguir adelante, para arriesgarnos más, crecer y comprender que no lo sabemos todo pero si podemos saber más, encontrar la fuente de las hipótesis y escudriñar para conseguir cambios profundos e importantes para variar nuestra forma de enfrentar la vida y sus secretos.
Aprendamos a pensar con el corazón y sentir con la cabeza; a confiar en nuestra sabiduría interior y aprender de nuestros errores y conocer nuestros defectos. Galileo Galilei era uno contra todo un mundo y él poseía la verdad. Aceptas tu humanidad, descubre, explora, reinvéntate continuamente. Y recuerda, no estás solo, las relaciones con los demás son importantes, nos ayudan a enriquecernos con su aportación, con la aceptación y el respeto a las diferencias, que no nos obligan a pensar igual ni a justificar lo que no vemos justificable. Elsa Barber