Mi querida prima me envío el poema que acabo de publicar cuando yo escribía algo que me inspiro el carpe diem pero individuo-social.

  Recordaba momentos maravillosos de mi vida que me mostraron la belleza de la solidaridad humana. Muy pequeña viví como todos los que compartían una misma calle se pasaban la noche anterior al Corpus Christi deshojando flores para el relleno de la alfombra.Todos hablaban y reían, era una película fascinante. Así lo viví yo con cuatro años. Momentos de reunión de mi gran familia: mi abuela, 22 tíos, casi 80 primos, para disfrutar de excursiones, cantos, juegos… Maravilloso. Ya casada y con mis dos hijas hubo en Canarias un temporal y vecinos sufrieron la inundación de agua, piedras y barro en sus casa. Todos los vecinos nos unimos para sacar personas que quedaron atrapadas en su propia casa, muebles, escombros… mientras otros cuidaban de los que trabajábamos trayendo comida, bebida y compartiendo risas, cuentos, anécdotas… increíblemente fantástico. Unos años después hice un grupo de amigos que vivían en un caserío de 13 casas, con su Iglesia y escuela, compartido por personas de diversos estilos, profesiones, nacionalidades… UN día nos juntamos para hacer una comida laboriosa, trabajando, compartiendo historias, compartiendo trozos de vida, experiencias, culturas…Fue excepcionalmente soberbio…     Esto es lo que sucede cuando nos unimos sin importar las diferencias creamos momentos bellos, felices, alegres…                                                                                                                          Es cuando el interés común es lo que importa, sin ideologías; somos seres de amor y es lo que nos impulsa a actuar solidariamente. Sin esperar con los brazos cruzados que llegue la solución, entre todos lo solucionamos. No buscamos la gloria, el reconocimiento, la paga económica… Lo que importa es conseguirlo juntos, que podemos contar unos con otros. y disfrutarlo. Nos ponemos derechos, nos sacudimos los miedos, las separaciones, y vamos palante de la mano juntos. Sabemos que hay que resolver y no paramos hasta conseguirlo. No hay lugar para el desánimo. Es todo lo que necesitamos, unirnos, juntos podemos crear la vida de cada uno y la vida en sociedad que queremos y deseamos. Elsa Barber                                                                           

 

 

 

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