Nos están pasando muchas cosas que son difíciles de asimilar y nos trasladan hacia lo más oscuro, sin control, indefensos… Estamos viviendo tiempos fuertes y pesados y nos resulta difícil cuidarnos en medio de nuestra propia tormenta.

                                                                                                                                                                                                                        Pero no podemos dejar que el miedo nos arrebate la alegría de estar vivos, nos convenza, nos frene, nos envuelva en oscuridad… cámbialo por avanzar con fe.  Recuerda que después de la tormenta siempre llega la calma. No cesaran los temporales pero tampoco dejaran de lucir los Arco Iris en la bóveda celeste.                                                                                                                Pongamos atención en lo mejor en cada momento; mirar bien en nuestro interior y a nuestro alrededor.

  Vemos la rocas que están ahí para cada uno de nosotros, siempre nos acompañan, siempre dispuestas a que las usemos para resolver lo que necesitamos.                             No se trata de buscar la perfección sino de realizar el esfuerzo preferible y, no sucede nada si nos equivocamos y dejamos que nos ayuden.

   Surgirán sorpresas que nos recuerden que no tenemos el control de todo lo que sucede pero si la decisión de con que actitud vivirlas.  Los límites los marcamos nosotros, no sabemos pero podemos escuchar nuestra guía interior y pedirle ayuda cuando nos sentimos perdidos.

Es más simple de lo que creemos, pero se cruza el conocido dilema entre el corazón y la cabeza.    En la cabeza, estamos descontentos con nuestras vidas y nos enfadamos con los que nos quieren cuidar; nos sentimos débiles y vulnerables y no lo soportamos.  Pero el corazón nos recuerda que somos fuertes y nuestros espacios de coraje y valor que nos harán florecer como un hermoso jardín que nos rescata y devuelve la alegría de nuevo.

    Brindemos por el nuevo comienzo y copartamolos con las personas que nos quieren. Ayuda, palabra clave, una forma de expresión de la esperanza que puede salvarnos.

La alegría tiene muchas formas pero seamos comprensivos y démonos permiso para creer que merecemos recuperarla y conseguir La Paz. El amor es paciente y compasivo, tratémonos como tratamos a las personas buenas y veremos lo que somos. Aquí nos encontraremos con nuestra verdadera naturaleza. Elsa Barber

    

 

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