Somos seres sexuados. Existen dos sexos, definidos por el cromosoma X, sexo femenino, y el cromosoma Y, sexo masculino. Esto es una verdad clara, como la noche y el día y, es independiente de lo que digan tanto antifeministas como feministas. El placer en el cuerpo lo podemos saborear contemplando la belleza: una salida y puesta de sol; la visión de la luna llena, un buen café… este placer es independiente y común a los sexos. El placer de la piel tocada, acariciada es muy subjetivo y tiene que ver con la sensibilidad de la persona y sus zonas mas o menos sensitivas, independiente y común a ambos sexos. Disfrutarlo depende de la capacidad que posee y desarrolla el individuo.
El cuerpo es como un instrumento musical: tiene la capacidad de sonar en sí mismo, no depende del tipo de instrumento que sea. Luego interviene el que lo toca, los hay mejores y peores, los hay de mi gusto o no, los hay que obtienen mayor rendimiento y mejor melodía. Todo siempre dependiendo de cada uno. Pero la capacidad de soñar tiene que ver con lo que un ser humano quiere; somos libres y decidimos quién nos toca, como nos toca y quien no. Todos los cuerpos tiene la capacidad de disfrutar, independientemente también, incluso de varemos de belleza. Hablan jugando y manipulando desde la ignorancia, el desconocimiento, los prejuicios y crean confusión y consecuencias nefastas para la vida y el placer de aquellos que aún se están formando sobretodo. Escúchate, respétate, desarrolla tu capacidad de placer y conócela con pequeños detalles de la vida, tu contigo y así podrás hacerlo con otro sexualmente también, sin miedos, sin dudas, sin presiones, experimentando y descubriendo tu cuerpo, sin creencias manipuladoras, confusas… Sobretodo en la infancia y aún más en la adolescencia, etapa en el que el púber se busca así mismo en todas sus áreas, incluida la sexual. Necesitamos primero saber cómo somos, qué queremos y desde el autoconocimiento tomar las decisiones responsables y maduras, en la medida que maduramos y aprendemos. Cómo vivir nuestra sexualidad es íntimo y privado, merece el respeto total, y no dejarnos encasillar con el pretexto de igualdad que ya en sí mismo produce desigualdad y se trata como diferencia nociva en lugar de sana. Elsa Barber