A lo largo de la historia de la humanidad han habido muchas y variadas formas de organización social. Es con la democracia que se reconoce la soberanía popular. El gran error de la democracia fue no separarla de ideologías partidistas diferentes que dividen y enfrentan desde hace mucho tiempo. Las ideologías han sido solo formas de manipulación para engañar y conseguir el poder popular para dar rienda suelta a la avaricia personal de los que las utilizan. Nunca fueron puestas en práctica y sigue pasando lo mismo. La soberanía popular no necesita partidos políticos ni ideologías, solo grupos, (cómo llamarlos es lo de menos), que propongan programas para resolver y mejorar los intereses y necesidades del colectivo. Es lo que votamos y exigimos su cumplimiento. Contendrán errores e imperfecciones sí, pero se podrán corregir y mejorar con la experiencia, yendo hacia el logro de una sociedad cada vez más justa y de calidad para la población entera.

 

 

 Cuando oía , en mi vida, hablar de Freud pensaba que era un lunático, hasta que lo estudié, lo conocí y conocí su trabajo. A fuerza de investigar durante 20 años, nos explicó cómo es el aparato psíquico y su funcionamiento. Ahora lo reconozco como genio por su esfuerzo e importancia de su descubrimiento que produjo grandes cambios.                                                                       Si pienso en la democracia, veo lo mismo. Desconocemos  el cómo funciona; pero sabemos lo que no funciona: juicios humillantes, críticas a las otras formas de pensar, opiniones destructivas. Es una investigación lo que tenemos pendiente para llegar al conocimiento democrático. Hay historia y,  un día a día para indagar,  para probar estructuras diferentes, practicar experimentando y siempre en estudio y mejora. El mundo cambia, los seres humanos evolucionamos y con nosotros las estructuras sociales. Necesitamos un cambio social porque vamos despertando, tenemos  mayor y mejor conocimiento de nosotros mismos y una historia que nos enseña qué cambiar y eso es lo importante. Muchos hoy nos sentimos huérfanos, sentimos que no importamos a nadie, nos cortan las alas, nos niegan la oportunidad de ensayar cada idea, cada proyecto,  y atacan por avaricia, control,  manipulación, sin importar el daño que nos provocan, suprimiendo la libertad  para decidir, para querer, para elegir, para obtener, sufriendo las consecuencias de sus decisiones. Todo esto y más, subyace en la sociedad que tenemos. Sólo oímos críticas y castigos sólo por pensar. ¿Cómo producir el cambio?. Elsa Barber

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